Migr´Art Territorios y desplazamientos.

 

"Doce Campanadas" de Hugo Plascencia

por Caroline Perrée

 

 

...vivimos todos en la ignorancia total,
en la ciudad de la memoria. Borrada.
Enrique Lihn

 

Sonaron doce campanadas en el atrio de la incertidumbre.
Por la mañana una mujer sin rostro
no dará la cara en la maquila,
habrá una persona menos en la población sordomuda
de casas con ventanas miopes
donde el mosaico del cielo
no hace juego con la corona de lágrimas,
azar en el desierto
donde el único libre de culpa es el soplo
que arroja la primera piedra,
porque ya no es necesario carear la frontera
para palpar la muerte.

 

Poema extraído del libro Calandres underground/Calandrias underground.
Editorial Écrits des Forges, y Literalia editores, 2007 (co-edición bilingüe francés–español).

 

 

Hugo Plascencia Madrid es un poeta mexicano (Guadalajara, 1978). Su poesía en verso libre forja vínculos metafóricos entre las temporalidades, las artes y los reinos en una estética que conjuga verticalidad y horizontalidad. En su centro, la ciudad es presentada a través de sus bajo fondos y personajes marginales inspirados por el cine de Fellini, de Jodorowsky, y de Buñuel, con música de jazz como telón de fondo. En esta atmósfera de albas crepusculares, se dibuja un bestiario de animales tenebrosos y solitarios, todos ellos metáforas de la condición humana. Surcada por el silbido de la serpiente, el crascitar del cuervo y el vuelo del colibrí, su poesía asocia de modo visual y sonoro referencias griegas, católicas y precolombinas en torno al cuerpo femenino, cuyo erotismo se exhibe de un modo que va del universo del burdel a lo sublime. El verso opera como un auténtico guión, y se transforma en trapecista que une lo telúrico con lo aéreo, su verticalidad simula una caída para proyectar al poeta, poniéndolo en equilibrio sobre el hilo de la metáfora, suspendido en el aire, jugando con sonidos e imágenes que mueven fuerzas telúricas. De las paredes rupestres al mundo mineral surgen modulaciones de sonidos guturales provenientes de la dialéctica formada por el encuentro del silencio y de la musicalidad, liberando una voz que teatraliza la palabra escrita, bajo la forma de performances.

El poema “Doce Campanadas”, extraído de Calandres Underground (2007) evoca el feminicidio de las mujeres de Ciudad Juárez para revelar la inercia que rodea estos crímenes tanto por parte de la población que vive con miedo, como de la justicia que nunca encuentra a los culpables. A través de una serie de metáforas y personificaciones, el poeta denuncia el mutismo que rodea estos crímenes, asociándolo con silencio del desierto, que hace referencia a la geografía del norte de México, cuya frontera está asociada con la muerte. La mujer es evocada a través de diferentes negaciones para simbolizar su desaparición, mientras que los eufemismos expresados en futuro subrayan el carácter certero de esta desaparición y el poco interés que suscita este contexto de feminicidios masivos. Al silencio de los hombres responde la tristeza del cielo, recalcada con la metáfora de la “corona de las lágrimas”, y una impotencia tal ante el crimen que apenas alcanza a tañer las campanas. El primer verso comienza, en efecto, con una metáfora que asocia lo visual con lo sonoro, la duda sobre el crimen con la certeza de la muerte anunciada por los 12 sonidos de las campanas que repercuten en los 12 versos del poema. Esa sonoridad se ve reforzada con el sonido [s], mientras que otras aliteraciones de sonidos duros en la /m/, /p/ y /r/ dan ritmo al poema. Los sonidos musicales que acompañan la lectura refuerzan la atmósfera trágica e inquietante de un poema circular que se abre y se cierra sobre el tema de la muerte irremediable por encontrarse condenada al silencio.