Violencia y creación: ¿Cómo la práctica artística permite visibilizar la violencia?

México ofrece la paradoja de una violencia ampliamente difundida en los medios de comunicación pero cuya realidad se oculta. Las cifras de las víctimas son aproximadas, incluso desconocidas, y esta violencia genérica es de hecho plural. Toma varias formas en una lista que parece no tener fin: homicidios y feminicidios, tráfico de personas, extorsión, secuestros, violaciones, desapariciones forzadas, tortura, prostitución infantil, etc. En la guerra declarada al narcotráfico en 2006, la población civil es la primera víctima. Con el apoyo del Institut Français, el Fonds d’Alembert y la Embajada de Francia en México, el CEMCA organizó una serie de eventos sobre el tema de la violencia, del 21 al 24 de mayo de 2018, que reunieron a investigadores y estudiantes con el objetivo de crear un diálogo interdisciplinario.

En este contexto, se organizó la edición 2018 de las Jornadas de los Jóvenes Americanistas (JJA) “Violencia en las Américas” en la Ciudad de México y en Madrid, que reunió las instituciones del CEMCA, el IFEA de Perú y la Casa de Velázquez en España.

Estas jornadas fueron seguidas por el coloquio internacional “El cuerpo de la violencia” en el MUAC (Museo Universitario de Arte Contemporáneo) de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y en el Museo de la Memoria y la Tolerancia de la Ciudad de México. Los diversos acontecimientos se materializaron en forma de eventos científicos, culturales y artísticos que generaron un diálogo con la sociedad civil.

La violencia y las prácticas artísticas

En un contexto de corrupción e impunidad en el que la realidad de la violencia es opaca y oculta, la cuestión de su representación es esencial. La práctica artística y la creación en general ocupan un lugar especial en estos debates porque contribuyen a la visibilidad de la violencia, que involucra a diferentes actores de la sociedad civil. Por un lado, el arte se utiliza como medio para entablar un diálogo con las víctimas y sus familias dándoles una voz. Por otro lado, la creación tiene como objetivo documentar lo que está oculto y establecer un trabajo de memoria. Por último, la creación también permite romper la lógica de supervivencia que implica un entorno violento como la prisión. Presentaremos aquí el ejemplo de iniciativas, algunas de las cuales han sido objeto de una producción multimedia.

Crear, hablar, romper el silencio

En México, algunas prácticas artísticas optan por compartir su creación con las víctimas y sus familias, a fin de hacer visible lo que está oculto y hacer obra de memoria. El proyecto teatral de los estudiantes de Letras y Filosofía de la UNAM se basa en la lectura y puesta en escena de cartas de los familiares de las víctimas a sus desaparecidos. Reunidos en torno al proyecto Campo de Ruinas, presentado durante los JJA de 2018 en la Ciudad de México, estos actores dan cuerpo a las palabras, voz a los susurros de las familias, espacio público a la intimidad del sufrimiento.

Memoria de un corazón ausente -Jorge Verastegui

Las cartas de doce mujeres que son madres, esposas y hermanas de personas desaparecidas en el estado de Coahuila publicadas en el libro Memoria de un corazón ausente. Historias de vida, son el resultado de un trabajo de recuperación de memoria por la Fundación Heinrich Böll, colaboradores del CEMCA en México.

El cortometraje de animación de Inés Argueta Pérez y Pablo Martínez Zárate trata de la violencia contra las mujeres orquestada por funcionarios del Estado. Lejos de proteger a sus conciudadanos, las fuerzas del orden participan en el establecimiento de un régimen de terror mediante la violencia sexual, que termina por destruir moral y socialmente a las víctimas. Basada en un dibujo dinámico y una voz narrativa, este cortometraje de animación utiliza los testimonios de las víctimas para denunciar la violencia sexual en México y acompañar a las mujeres supervivientes en su búsqueda de justicia.

Documentar la ausencia, hacer trabajo de memoria

Como seguimiento del coloquio “El Cuerpo de la violencia”, el CEMCA publicó un libro colectivo Cuerpos memorables coordinado por Caroline Perrée e Ileana Diéguez en la que se documentan las manifestaciones de violencia desde un barrio hasta una escala nacional, así como las iniciativas de los artistas que trabajan con las familias de las víctimas para hacer visible la desaparición. Mediante el uso de medios eminentemente figurativos para denunciar la impunidad de los crímenes masivos, los creadores y colectivos utilizan la documentación fotográfica y fílmica, la performance, el bordado, la pintura y la instalación para activar dispositivos de colaboración con las víctimas, sus familias y el público. La creación que está en juego aquí no es un arte de museo sino una práctica relacional, que tiene como objetivo sensibilizar a la sociedad civil en la lucha de las familias para exigir justicia y verdad.

Crear, salir de la violencia

La creación concebida de manera colectiva también permite construir un espacio de libertad, con el fin de llevar a cabo un proyecto común y reanudar con la posibilidad de convivir en un contexto violento como la prisión. Luna de Queso es un cortometraje de animación dirigido en 2012 por Alejandro García Caballero y Léonore Sabrier con adolescentes detenidos en el centro de detención de Quiroz Cuaron. El guión gráfico fue escrito a partir de los cuentos diseñados en torno a los collages y dibujos de los adolescentes y un cuento escrito por uno de los jóvenes detenidos. También formaron a los jóvenes en las técnicas de animación y en las prácticas digitales. Financiado por un proyecto franco-alemán en el que participaron la Embajada de Francia y el Instituto Goethe de México, el proyecto se llevó a cabo durante tres meses gracias a la Dirección General de Tratamiento para Adolescentes (DGTPA), la Subsecretaría de Sistema Penitenciario del D.F. y los directores de la Comunidad Especializada Doctor Alfonso Quiroz.

Violenta sinfonia latinoamericana - Hugo Plascencia

En esta perspectiva de una violencia descifrada por la creación, el CEMCA publicó al final de la contingencia sanitaria la obra poética de Hugo Plascencia ilustrada por los grabados de Alec Dempster, titulada Violenta sinfonía latino-americana.