Pioneros en Río Bec
Clarence Hay es el asistente de Raymond Merwin cuando, en 1912, dirigía la expedición en Río Bec, para el Peabody Museum de la Universidad de Harvard. Sin duda, el edificio que había descrito en 1908 el Francés Maurice de Périgny, fue el punto de partida de la expedición. Adentrándose en la selva, el equipo de Merwin se topa con un edificio muy bien preservado. Ese es llamado “Rio Bec B”. Reporta que al no encontrar estelas ni glifos, fue difícil datar las estructuras. Son los detalles arquitectónicos que permitieron al equipo determinar un periodo de construcción entre 600 y 700 d.C.
En un artículo de 1935 en la revista Natural History, del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, Clarence Hay se acuerda del descubrimiento del Edificio B y presenta una maqueta del mismo que será expuesta en la sala mexicana del museo. La maqueta está hecha, por Shoichi Ichikawa de la División de Antropología del museo a partir de los dibujos y las fotografías de la expedición del Peabody Museum.
Clarence, descendiente de John Hay quién había sido un funcionario estadounidense influyente, ha sido un gran promotor de los estudios mayas: en 1923, es miembro (con Saville, Morley y Tozzer) del comité americano de una asociación creada para salvaguardar los monumentos de Yucatán; en 1928, participa en el financiamiento de una expedición de Georges Vaillant en Yucatán (Rivet, 1928:410); en 1940, coordina un libro dedicado al gran arqueólogo Alfred Tozzer (The Maya and their Neighbors). Su carrera como curador en arqueología en el Museo Americano de Historia Natural le ha permitido desempeñar un papel de facilitador para que otros pudieran realizar expediciones. Pilar de los estudios mayas, su trayectoria profesional ha sido sin embargo muy discreta; después de sus expediciones con Merwin en los años 1910 y 1920, poco se sabe.
Edificio B de Río Bec, Foto de la expedición de R. Merwin y C. Hay en 1912.
Courtesy of the Peabody Museum of Archaeology and Ethnology, Harvard University, 2004.24.4873.
En 1935, parece que las fotografías y la reciente maqueta constituyen las únicas pruebas de la existencia del Edificio B de Río Bec. Para entonces, Merwin había fallecido y pocos testimonios quedaban. Según Hay, dos expediciones habían buscado el edificio pero este no volvió a aparecer. Perseguido por el recuerdo del Edificio B, Hay prometió una recompensa de 2000 dólares por él que lo redescubriera (Griffin y Wertime, 1991: 35). Sin éxito: “La selva es un guardián celoso de sus misterios” concluye Hay.
Hasta 1973… pero es otra historia.
Bibliografía
Hay Clarence, “A Contribution to Maya Architecture. Rio Bec “B”, a temple in the heart of Yucatan is restored in miniature at the American Museum”, Natural History The Journal of the American Museum of Natural History, Junio de 1935, vol 36, Nueva York.
Rivet Paul, “Expédition au Mexique”, Journal de la Société des Américanistes, Tome 20, 1928. pp. 410-411.
American Anthropologist, New Series, Vol. 25, No. 1 (Jan. – Mar., 1923), pp. 128-133.
Griffin Gillett y Richard Wertime, “A most happy mayanist”, Archaeology, Sept-Oct 1991, Vol. 44, No. 5, pp. 32-38.
Clarence Hay es el asistente de Raymond Merwin cuando, en 1912, dirigía la expedición en Río Bec, para el Peabody Museum de la Universidad de Harvard. Sin duda, el edificio que había descrito en 1908 el Francés Maurice de Périgny, fue el punto de partida de la expedición. Adentrándose en la selva, el equipo de Merwin se topa con un edificio muy bien preservado. Ese es llamado “Rio Bec B”. Reporta que al no encontrar estelas ni glifos, fue difícil datar las estructuras. Son los detalles arquitectónicos que permitieron al equipo determinar un periodo de construcción entre 600 y 700 d.C.
En un artículo de 1935 en la revista Natural History, del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, Clarence Hay se acuerda del descubrimiento del Edificio B y presenta una maqueta del mismo que será expuesta en la sala mexicana del museo. La maqueta está hecha, por Shoichi Ichikawa de la División de Antropología del museo a partir de los dibujos y las fotografías de la expedición del Peabody Museum.
Clarence, descendiente de John Hay quién había sido un funcionario estadounidense influyente, ha sido un gran promotor de los estudios mayas: en 1923, es miembro (con Saville, Morley y Tozzer) del comité americano de una asociación creada para salvaguardar los monumentos de Yucatán; en 1928, participa en el financiamiento de una expedición de Georges Vaillant en Yucatán (Rivet, 1928:410); en 1940, coordina un libro dedicado al gran arqueólogo Alfred Tozzer (The Maya and their Neighbors). Su carrera como curador en arqueología en el Museo Americano de Historia Natural le ha permitido desempeñar un papel de facilitador para que otros pudieran realizar expediciones. Pilar de los estudios mayas, su trayectoria profesional ha sido sin embargo muy discreta; después de sus expediciones con Merwin en los años 1910 y 1920, poco se sabe.
Edificio B de Río Bec, Foto de la expedición de R. Merwin y C. Hay en 1912.
Courtesy of the Peabody Museum of Archaeology and Ethnology, Harvard University, 2004.24.4873.
En 1935, parece que las fotografías y la reciente maqueta constituyen las únicas pruebas de la existencia del Edificio B de Río Bec. Para entonces, Merwin había fallecido y pocos testimonios quedaban. Según Hay, dos expediciones habían buscado el edificio pero este no volvió a aparecer. Perseguido por el recuerdo del Edificio B, Hay prometió una recompensa de 2000 dólares por él que lo redescubriera (Griffin y Wertime, 1991: 35). Sin éxito: “La selva es un guardián celoso de sus misterios” concluye Hay.
Hasta 1973… pero es otra historia.
Bibliografía
Hay Clarence, “A Contribution to Maya Architecture. Rio Bec “B”, a temple in the heart of Yucatan is restored in miniature at the American Museum”, Natural History The Journal of the American Museum of Natural History, Junio de 1935, vol 36, Nueva York.
Rivet Paul,, “Expédition au Mexique”, Journal de la Société des Américanistes, Tome 20, 1928. pp. 410-411.
American Anthropologist, New Series, Vol. 25, No. 1 (Jan. – Mar., 1923), pp. 128-133.
Griffin Gillett y Richard Wertime, “A most happy mayanist”, Archaeology, Sept-Oct 1991, Vol. 44, No. 5, pp. 32-38.