Clarence Hay - Rio Bec

Zona arqueológica de Becán (© INAH)

Río Bec

¿Sabías que…?

Por Céline Gillot

Río Bec es a la vez una región cultural, una zona arqueológica y una tradición arquitectónica.

La región de Río Bec se ubica en el sureste del estado de Campeche y el suroeste de Quintana Roo. Debe su nombre al explorador francés Maurice de Périgny, quien, en los primeros años del siglo XX, visitó unas ruinas cercanas a una corriente rodeada de árboles localmente conocidos como “robles” (bec en maya yucateco). Perigny denominó a estas ruinas, cuya arquitectura difería de la entonces conocida en el resto del área maya, “Río Bec”. Este nombre luego se utilizó para referirse a toda el área donde se encuentra esa arquitectura distinta. Hoy en día, la región de Río Bec, tal como la conocemos, se extiende alrededor de la municipalidad de Xpujil. Entre los sitios arqueológicos abiertos al público se encuentran Becán, Xpuhil, Chicanná, y Hormiguero.

Zona arqueológica de Río Bec (© Proyecto Río Bec II)

Las ruinas exploradas por Périgny ahora forman parte de lo que se conoce como la zona arqueológica de Río Bec. El alemán Karl Sapper fue probablemente el primer extranjero en visitarlas, a finales del siglo XIX. Las expediciones que siguieron, y los trabajos arqueológicos realizados desde finales de la década de 1970, han revelado más de 70 grupos monumentales en esta zona. En contraste con otros sitios mayas del período clásico, estos grupos no se concentran alrededor de un centro cívico-ceremonial, sino que están dispersos en una amplia extensión territorial. En la actualidad, estas ruinas se encuentran dentro del territorio del ejido del Veinte de Noviembre. Entre 2002 y 2010, fueron objeto de un extenso proyecto de investigaciones arqueológicas que permitió comprender mejor la organización del asentamiento, liberar las estructuras de tres grupos arquitectónicos, y plantear la hipótesis de que las estructuras principales de estos grupos eran las residencias de nobles campesinos.

Zona arqueológica de Río Bec, Estructura A-5N2 en curso de excavación (© Proyecto Río Bec I)

La tradición arquitectónica de Río Bec se distingue por sus imponentes torres gemelas que simulan templos piramidales, con escaleras impracticables, y sus fachadas ricamente decoradas. Entre las decoraciones arquitectónicas típicas de la región, se encuentran mascarones del “monstruo de la tierra” o Itzamná, que pueden cubrir la totalidad de ciertas fachadas. Otras decoraciones características incluyen cascadas de mascarones, una gran variedad de paneles decorativos, y molduras elaboradas, a veces adornadas con series de columnitas embebidas. Además, la arquitectura de Río Bec se destaca por técnicas constructivas singulares, en particular el uso de piedras finamente talladas que, en muchos casos, fueron simplemente adheridas al núcleo de los muros. Este estilo arquitectónico parece haberse desarrollado principalmente durante el Clásico Tardío y Terminal, en la segunda mitad del primer milenio de nuestra era.

Zona arqueológica de Chicanná, Estructura II (© INAH)

Para saber más:

Sobre la región Río Bec: Bueno Cano, Ricardo. 2001. Arqueología de la región Río Bec, Xpuhil, Campeche. En La pintura mural prehispánica en México II: Área Maya, editado por Beatriz de la Fuente and Leticia Staines Cicero, pp. 43–51. México: UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas.

Sobre los trabajos arqueológicos en la zona: Arnauld, Marie-Charlotte, Dominique Michelet, et al. 2013. Noble Farmers and Weak Kings in the Classic Maya Lowlands: The Río Bec Archaeological Project, 2002-2010. Ancient Mesoamerica 24(2):343–793.

Sobre la arquitectura RÍo Bec: Gendrop, Paul. 1998. Río Bec, Chenes, and Puuc Styles in Maya Architecture. Lancaster: Labyrinthos.

Río Bec es a la vez una región cultural, una zona arqueológica y una tradición arquitectónica.

La región de Río Bec se ubica en el sureste del estado de Campeche y el suroeste de Quintana Roo. Debe su nombre al explorador francés Maurice de Périgny[Link], quien, en los primeros años del siglo XX, visitó unas ruinas cercanas a una corriente rodeada de árboles localmente conocidos como “robles” (bec en maya yucateco). Perigny denominó a estas ruinas, cuya arquitectura difería de la entonces conocida en el resto del área maya, “Río Bec”. Este nombre luego se utilizó para referirse a toda el área donde se encuentra esa arquitectura distinta. Hoy en día, la región de Río Bec, tal como la conocemos, se extiende alrededor de la municipalidad de Xpujil. Entre los sitios arqueológicos abiertos al público se encuentran Becán, Xpuhil, Chicanná, y Hormiguero.

Edificio B de Río Bec, Foto de la expedición de R. Merwin y C. Hay en 1912.

Zona arqueológica de Río Bec (© Proyecto Río Bec II)

Las ruinas exploradas por Périgny ahora forman parte de lo que se conoce como la zona arqueológica de Río Bec. El alemán Karl Sapper fue probablemente el primer extranjero en visitarlas, a finales del siglo XIX. Las expediciones que siguieron, y los trabajos arqueológicos realizados desde finales de la década de 1970, han revelado más de 70 grupos monumentales en esta zona. En contraste con otros sitios mayas del período clásico, estos grupos no se concentran alrededor de un centro cívico-ceremonial, sino que están dispersos en una amplia extensión territorial. En la actualidad, estas ruinas se encuentran dentro del territorio del ejido del Veinte de Noviembre. Entre 2002 y 2010, fueron objeto de un extenso proyecto de investigaciones arqueológicas que permitió comprender mejor la organización del asentamiento, liberar las estructuras de tres grupos arquitectónicos, y plantear la hipótesis de que las estructuras principales de estos grupos eran las residencias de nobles campesinos.

Edificio B de Río Bec, Foto de la expedición de R. Merwin y C. Hay en 1912.

Zona arqueológica de Río Bec, Estructura A-5N2 en curso de excavación (© Proyecto Río Bec I)

La tradición arquitectónica de Río Bec se distingue por sus imponentes torres gemelas que simulan templos piramidales, con escaleras impracticables, y sus fachadas ricamente decoradas. Entre las decoraciones arquitectónicas típicas de la región, se encuentran mascarones del “monstruo de la tierra” o Itzamná, que pueden cubrir la totalidad de ciertas fachadas. Otras decoraciones características incluyen cascadas de mascarones, una gran variedad de paneles decorativos, y molduras elaboradas, a veces adornadas con series de columnitas embebidas. Además, la arquitectura de Río Bec se destaca por técnicas constructivas singulares, en particular el uso de piedras finamente talladas que, en muchos casos, fueron simplemente adheridas al núcleo de los muros. Este estilo arquitectónico parece haberse desarrollado principalmente durante el Clásico Tardío y Terminal, en la segunda mitad del primer milenio de nuestra era.

Edificio B de Río Bec, Foto de la expedición de R. Merwin y C. Hay en 1912.

Zona arqueológica de Chicanná, Estructura II (© INAH)

Para saber más:

Sobre la región Río Bec: Bueno Cano, Ricardo. 2001. Arqueología de la región Río Bec, Xpuhil, Campeche. En La pintura mural prehispánica en México II: Área Maya, editado por Beatriz de la Fuente and Leticia Staines Cicero, pp. 43–51. México: UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas.

Sobre los trabajos arqueológicos en la zona: Arnauld, Marie-Charlotte, Dominique Michelet, et al. 2013. Noble Farmers and Weak Kings in the Classic Maya Lowlands: The Río Bec Archaeological Project, 2002-2010. Ancient Mesoamerica 24(2):343–793.

Sobre la arquitectura RÍo Bec: Gendrop, Paul. 1998. Río Bec, Chenes, and Puuc Styles in Maya Architecture. Lancaster: Labyrinthos.

Contenido relacionado

Entre nobles campesinos y reyes “invisibles”

Entre nobles campesinos y reyes “invisibles”

Desde el inicio, con Merwin (1913), quién fue el primero en notar el patrón de asentamiento atípico de la región Río Bec, se plantea la interrogante sobre cómo se organizaban las sociedades que antes habitaron esta zona. En comparación con los sitios de las tierras bajas centrales, no se conocen en la región (con la excepción de Becan) centros claros con plazas públicas –de los que hoy se visitan– en torno a las cuales se habría agregada/concentrada una población. Al contrario, lo que domina son numerosos grupos de arquitectura monumental dispersos

Objeto Arqueológico – Desechos que no lo son

Objeto Arqueológico – Desechos que no lo son

En este episodio, la arqueóloga Eva Lemonnier, encargada de la fase II del Proyecto Río Bec, nos convence de que un puñado de lascas de pedernal, que podríamos considerar como desechos, nos cuentan mucho. Nos cuentan sobre los rituales de los habitantes de Río Bec. Nos enseña que algunos desechos pueden ser más que desechos.

El templo maya perdido que no estaba perdido, ni era un templo

El templo maya perdido que no estaba perdido, ni era un templo

En junio de 1973, el New York Times publicó un artículo titulado “Mayan Temple Lost for 60 Years Is Rediscovered”, relatando el “redescubrimiento” del famoso Templo B de Río Bec —un edificio que había cautivado al mundo académico norteamericano, tanto por la calidad de su arquitectura y su excepcional estado de conservación, así como por el misterio que rodeaba su ubicación exacta.

Share This